Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

sábado, 14 de abril de 2018

Politiquismos.



EL SIRVIENTE DE LOSEY.

Soy de los que creen que la democracia es representativa. Porque la "directa", o sea la asamblearia, es un timo.

Pero la democracia representativa tiene los tobillos de cristal, porque depende de la lealtad de los representantes. Y esa lealtad se puede quebrar por varias circunstancias. Una de ellas cuando los representantes llegan a la convicción de que la representación es un bien en sí mismo. Que los partidos políticos son la realidad y la ciudadanía simplemente tiene la llave de la despensa, y hay que trajinarla para llevarse, como sea, el gato al agua. De modo que los miembros de la clase política maniobran dentro de sus partidos para alcanzar el poder dentro de sus grupos en un forcejeo cainista. En la confianza de que al final podrán manipular la voluntad del pueblo soberano para conseguir, o continuar consiguiendo, el maná del Estado.

Y vemos a diario como se dividen partidos en grupos antagónicos que desconfían unos de otros, acaparando el poder para sus partidarios y escamoteándoselo a los otros, como es el caso del PSOE dividido entre los seguidores de Pedro Sánchez y los de Susana Díaz, o del PP entre partidarios y detractores de Cristina Cifuentes, o de PODEMOS entre los partidarios de Iglesias y los de de Errejón.

Y hay que reconocer que en CIUDADANOS tal fenómeno no se ha producido. Y, le guste o no le guste a uno ese partido, es algo que obrará sin duda en su favor.

Cuando se pelean dentro de los partidos parece que olvidan de que la voluntad que hay que ganar no es la de la militancia, sino la del electorado y que el prestigio del partido se erosiona gravemente ante los ojos del electorado por esas luchas intestinas.

Y la gente va llegando a la conclusión de que los servidores públicos no son tales, sino que se sirven del público, para realizarse personalmente y para enriquecerse a costa de los administrados.

Y esos ventajismos se disfrazan de ideologías. Y se tergiversa la realidad y se enturbia todo en la esperanza de que a rio revuelto tengan ventaja los pescadores.

O sea que se corre el riesgo de que los "servidores públicos" sean como El Sirviente de Losey que esquilma a quien lo emplea.




No hay comentarios: