Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

lunes, 27 de noviembre de 2017

Arte conceptual.

METALITERATURA.

Me estoy leyendo 1Q84 de Murakami y me está encantando.

Bueno, de Murakami y de Gabriel Álvarez Martínez, que es el traductor, porque para leer a Murakami tendría que hacerlo en japonés. Y de eso ¡ni flores!

Estoy con Thomas Bernhard que la traducción de un libro es otro libo cuyo autor es el traductor.

Que convencionalmente se considere que es el mismo libro y el verdadero autor es el del primero es algo que se deberá a lo que se deba, pero no me lo que creo. Sino lo dicho.

Desde un punto de vista plástico la literatura es un arte conceptual.

Porque no se ve la realidad. Ni siquiera imágenes de la realidad.

En las artes plásticas, por lo general, se ven imágenes de la realidad que constituyen una realidad paralela. Por ejemplo: Uno ve un cuadro de girasoles de Van Gogh ¡que no son los girasoles de un sembrado de girasoles! Aunque el sembrado esté en Arlés, que serán iguales a los que inspiraran a Van Gogh.

Los de Van Gogh parecen girasoles ¡pero no lo son! son imágenes que evocan esas plantas.

En cambio la palabra girasol evoca igualmente esas plantas ¡pero no es una imagen de ellas! es un concepto. Que lo expresa como lo expresa una imagen. Siempre y cuando se conozca el código correspondiente, que en este caso es la lengua española.

Las imágenes dibujadas llegan al espectador, por lo general, terminadas. No como una película de animación que, por ejemplo, aparece primero un óvalo y luego un ojo, y a continuación otro ojo, luego la nariz y luego la boca.

Mientras que las imágenes literarias sí que son como películas de animación.

Veamos si no es así:

"Aomame volvió en sí, irguió la cabeza y miró a quien le había hablado. Una chica joven con pelo recogido en una cola de caballo al estilo de los años cincuenta estaba sentada de espaldas en el taburete contiguo. Llevaba vestido de florecillas y un pequeño bolso bandolera de Gucci colgado al hombro. Tenía las uñas bonitas, pintadas con esmalte de color rosa claro. No estaba gorda, pero tenía la cara redonda y era más bien rellenita. Su cara era realmente afable. Y el pecho grande"

Es como si en un papel en blanco fuera apareciendo la imagen de una joven. A continuación aparecía en su cabeza un peinado en cola de caballo. Luego sentada en un taburete. Aparecía a continuación el vestido de florecillas y luego un elegante bolso en bandolera. Luego unas manos bonitas pintadas con esmalte rosa claro. Por último la figura evocada pelín gordita pero no exageradamente aunque destacaba un pecho exuberante.

Cada lector se imaginará una chica que cumpla todas esas condiciones, que no contradiga ninguna de ellas, pero no va a ser la misma chica. O a lo mejor sí, en el sentido de que por más que se la imagine no la llegará a ver físicamente.

En realidad tan solo quería ilustrar lo que había resaltado: que desde el punto de vista plástico la literatura es un arte conceptual.





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