Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

martes, 19 de septiembre de 2017

España vertebrada.

CONFUNDIR LOS TIEMPOS VERBALES.

Un defecto habitual de los independentistas catalanes es confundir los tiempos verbales.

Confundir pasado con presente: Querer que la independencia que querrían que hubiera ocurrido en el siglo XVIII, de no hubieran perdido aquella guerra, ocurra ahora. Como si no pasara el tiempo, como si ahora fuera antes, como si antes fuera ahora.

Confundir futuro con presente. Porque, hoy por hoy, las leyes legales en Cataluña son las españolas. Porque las leyes catalanas emanarán de un estado catalán, y eso, en todo caso regirá en el futuro, no en el presente.

En la vergonzosa sesión parlamentaria en la que se atropelló la democracia que amparaba a la minoría anti-independentista se aplicaba ¡y mal! una "legalidad" inexistente. Porque sería la legalidad que emanaría de un estado surgido tras un triunfo electoral independentista ¡que aún estaba por realizarse! Porque, precisamente, en esa sesión parlamentaria se trataba de establecer, dicho referéndum. Que es ilegal porque esa cámara autonómica carece de las atribuciones necesarias para organizarlo.

¡Una locura!

A muchos catalanes parece que les jode un motón ser españoles. Pues ¡qué le vamos a hacer! hoy por hoy son españoles. Y eso le sume en una esquizofrenia que es evidente. Lo dicho ¡una locura!

¿Qué tendrían que hacer?

¡Ellos sabrán! Pero así van de cráneo. Y nos obliga a todos  a ir de cráneo.

Lo suyo sería parar ese carro y sacar conclusiones.

La primera es que hay mucha gente independentista a la que darle una solución satisfactoria.

La segunda es que hay mucha gente que no es independentista a la que también hay que darle una solución también satisfactoria.

Y como Cataluña, ni ningún otro sitio, puede ser independiente y no independiente a la vez habrá que buscar un estado en el que todos ganen algo perdiendo un poco. Renunciando los centralistas al centralismo y los independentistas al independentismo.

¡O guerra sin cuartel! No sería la primera vez.

Hay dos fórmulas muy usadas para resolver el problema por las buenas: La federación y la confederación.

La federación es una forma fuerte que permite una gobernabilidad más eficaz. En la federación cada estado se gobierna por sus leyes particulares, aunque sometidos a un gobierno federal común a todos los estados. Uno de los principios del estado federal es la indisolubilidad. O sea que ningún estado tiene derecho a independizarse. Un ejemplo claro es los EEUU.

La confederación es una forma más débil, y se diferencia algo de la anterior, aunque poco en la práctica. Se diferencia entre otras cosas en que carecen de la restricción que les impide independizarse. Casos claros  de confederación son el Reino Unido y la Unión Europea.

Y confederal fue el estado de la Corona Española durante la dinastía de la Casa de Austria, que duró bastante tiempo. Y cuando se centralizó se hundió. Aunque con la centralización la España peninsular se modernizó. Pero el centralismo es un corsé demasiado rígido que se flexibiliza con el federalismo.

Con el Estado de las Autonomías ya se ha decidido rechazar el centralismo, y quererlo imponer bajo cuerda es jugar sucio. Pero el Estado de las Autonomías se ha quedado corto y hay que decidirse por federalismo o por confederalismo, pero para ello es necesario un cierto continuismo:

Reconocer, en primer lugar que todas las regiones que hoy configuran España conforman nuestro país.

Que en última instancia los titulares de la Soberanía Españolas serán los que decidan la suerte de España.

Y, hoy por hoy, los titulares de la soberanía de España, de toda España, somos los españoles ¡todos los españoles! Y ese derecho lo tienen todos, no una parte de ellos.

Para que se pueda convocar un referéndum de independencia en una región, o nacionalidad, o nación, o como se le quiera llamar, de las que forman nuestro país, es condición sine qua non configurar este país como estado confederal mediante un referéndum de alcance universal ¡y eso lleva su tiempo! Mucho más del mes escaso dado por los independentistas.

Esto o la esquizofrenia ¡No hay más!




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