Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

viernes, 14 de abril de 2017

Más allá de la lógica.

LA BASE INCIERTA.

Hace unos días hablaba con un amigo nuevo de lo divino y de lo humano. Y comentaba yo que la religión que conozco bien se basa en aseveraciones totalmente increíbles. Y no obstante los fieles se las creen. Y de las que conozco menos ¡Pues parece que igual! Salvo el taoísmo que habla del Cielo como el plan perfecto según está trazado el Mundo, que es manifiestamente imperfecto. Que no tiene por que ser así obligatoriamente, pero resulta menos difícil de tragar.

Ponía yo como ejemplo de doctrina increíble la resurrección de los muertos ¡Quién puede creerse eso! A nada que se detenga uno a pensar en ello resulta increíble: Si resucitaran los millones y millones de fallecidos ¿dónde se van a meter? ¡no cabrían en todo el mundo!

Mi interlocutor, que es creyente, trató de rebajar la tensión. Argumentando la conveniencia de creer en principios elevados que faciliten la convivencia...

No estaba yo en ese momento por extraer corolarios disolventes, sino tan solo por enjuiciar tal paradoja.

Y le comenté cual es mi sospecha:

La lengua utiliza "signos inmotivados", es decir signo que no tienen relación con los referentes designados. Por ejemplo el signo correspondiente a una mesa no tiene forma de mesa, sino la sucesión de cuatro letras: M, E, S, A.

Y al ser inmotivado no es opinable, no es discutible, no es perfectible. Y al no ser discutible no se discute, ni se modifica. Por lo tanto es DURADERO. Y en la lengua la durabilidad es esencial.

Mi sospecha es que con la religión pasa lo mismo. Al tener una base irracional no se razona, no se cuestiona, y por ello no se modifica durante mucho tiempo. Con lo que se preserva la durabilidad.

Mi amigo dijo: "Nunca había oído eso".

Pero de lo que no habíamos hablado es de que sobre esa base irracional se ha desarrollado en el Escolasticismo una lógica riquísima. Con la que se ha pretendido explicar lo inexplicable. Y, no obstante, ese núcleo irracional ha permanecido incólume.

¿Trabajo inútil?

No. Porque se ha perfilado una lógica muy útil para otros asuntos. Por ejemplo: Linneo pudo clasificar tan racionalmente las especie vivas gracias a su formación religiosa. Porque había sido fraile antes que cocinero.




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