Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

viernes, 21 de abril de 2017

Aprender.


EN CONTRA DE LA EDUCACIÓN FORMAL.
.
He vivido de ser profesor de dibujo. Primero en instituto y luego en la facultad de Bellas Artes hasta mi jubilación. Y sigo viviendo de ello como pensionista. No obstante estoy en contra de la educación en centros docentes.

En más de 40 años de docencia jamás he educado a nadie, y he dado clase a cientos de alumnos, y, salvo excepciones, jamás me han educado a mí mis profesores y he tenido muchos.

A mí me educaron en mi casa, que es donde hay que educar. Y como no le eduquen a uno en casa ¡mala burra hemos comprado! Digo, como muchos compañeros profesores: "Aquí se viene educado". Y conozco muchos casos desastrosos de gente educada en el colegio y no en su casa.

Me han educado mis padres, y nadie más. Salvo unos años en un prestigioso colegio, pero, creo que con poco efecto.

Mi formación se ha ido configurando en la enseñanza primaria, en el instituto, y en la Escuela de Bellas Artes principalmente.

Y ¿qué hacías? me diréis.

Aprender.

En el colegio, en el  Instituto, no con el debido celo por mi parte, no obstante aprendí muchísimo, y en Bellas Artes,

Entiendo que los centros docentes están para formarlo a uno. Y la formación se adquiere aprendiendo cosas: lengua, matemáticas, ciencias, etc. Y para poder aprender todo eso tiene uno que aprender a organizarse: su tiempo, sus recursos etc., acometer tareas: plantearlas, desarrollarlas y concluirlas. En un instituto aprende uno mucho más de lo que teóricamente aprende, porque no hay una asignatura de organización, no obstante aprende uno a organizarse, por imitación o por lo que sea.

Estoy en contra de la "educación formal" porque, si se fija uno bien, tal educación consiste en un entrenamiento para mandar o para obedecer. Para configurarse como patricio o como plebeyo. Y, francamente, no me gusta ni lo uno ni lo otro.

En los centros docentes que conozco desde dentro no se educa a nadie, pero, verdadera y misteriosamente la gente resulta educada.

¿Cómo?

Como resulta que se redondean los cantos rodados. Por el roce entre ellos impulsados por la corriente.

¡Paradojas de la vida!





No hay comentarios: