Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Superrealismos.


CLOISTERS.

Una visita turística en Nueva York que cae a trasmano, pero que merece muchísimo la pena, es la de los Cloisters.

Está al norte, muy norte de la ciudad, pero parece que está al este, muy muy al este, porque allí se ve uno trasladado a la más vieja Europa. Se trata de edificios medievales llevados al Nuevo Mundo desde el Viejo.

Dio tiempo a construir auténtico gótico en América. En Santo Domingo y en Puerto Rico. Gótico muy tardío, pero gótico al fin y al cabo. Y mudéjar en Bogotá. Inercias de la edad media cuando ya no era tal, porque ya era moderna. El hito de la modernidad precisamente es la llegada de los viajeros del Viejo Mundo al Nuevo Mundo.

Se pueden ver en esa visita claustros, como su nombre indica, y otras muchas cosas. Como el león que encabeza este post, que es un dibujo que hice de uno que allí estaba pintado, que me pareció igual a otro que vi en el monasterio de las clarisas en Asturdillo.

Ver románico en América descoloca, produce vértigo, porque se nota un anacronismo que marea. Puestos en ese plan toda la cultura llamada colonial tendría que producir la misma sensación. De usurpación de la cultura precolombina. Porque los europeos llegaron donde estaban los indios, que no era indios de la India. Claro que aquella gente llegó del Asia más oriental, porque en el nuevo continente no había humanos, cuando sí los había en otros continentes.

El caso es que esa visita resulta muy fantástica. Y llega uno, envuelto en ese sopor surrealista a una sala cuyas paredes están cubiertas de hermosos y antiguos tapices, cuyo tema es el de los unicornios. Iconografía surrealista donde las haya.

Son tapices verdaderamente bellos de una fauna irreal muy realista, valga la paradoja. Y cuando está uno a punto de salir de esa sala, ve en un rincón, apoyado en la pared ¡un cuerno de unicornio!
¡¿Cómo es posible!?

No es de unicornio, sino de narval y lo habrán puesto allí para reforzar la magia del lugar, supongo.

¡Respira uno aliviado! Queda restaurada la realidad que había sido usurpada por la surrealidad.

¡Desde cuándo!

Tan surrealista como los unicornios son los narvales ¡Unicornios! que no lo son a expensas de los caballos sino de las ballenas ¡Más surrealista todavía! Y el hecho de ser real no le quita un ápice de surrealismo. Porque el surrealismo no es sinónimo antirrealismo ¡sino de super o de supra-realismo! Porque ese es su verdadero sentido.


Eso que, si uno está debidamente entrenado, se puede vivir en cualquier sitio, en los cloisters se vive con especial intensidad.




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