Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

sábado, 10 de mayo de 2014

El dogma antidogmático.


TAOISMO.

Cada religión exige mucho a sus secuaces. Salvo el taoísmo que no exige nada.

Seguramente el taoísmo es un "fósil viviente" en el sentido de que se remonta al neolítico y que ininterrumpidamente pervive, como ocurre con el chamanismo. Aunque no es mágico. Esta religión tiene en China y en el mundo muchos menos seguidores que el Budismo.

Por no exigir no exige ni siquiera que se sea exclusivamente taoísta. 

Tan es así que vinieron a España, hace ya muchos años, dos curas católicos chinos, Don Pedro y Don Peter, uno a Madrid y otro a Barcelona, especialistas en tai chí, uno de ellos aún vive, partidarios, según me ha dicho una voz autorizada, de que para ser buen católico es necesario ser previamente taoísta. Ergo, de ser eso cierto, de los papas para abajo serían muy poco abundantes los buenos católicos.

No sabría decir si el taoísmo es o no una religión atea. Mi hija Isa dice que sí tiene Dios y yo me he puesto a releer cuidadosamente el Tao Te Ching, que es el libro principal del Taoísmo, y no he apreciado rastro divino. Salvo que Dios sea el Cielo, que es la referencia constante. En tal caso Dios no sería, como es lo usual, un personaje, histórico sublimado o totalmente imaginario, sino un lugar, un sitio. Lo cual es de una originalidad apabullante. El Cielo es para el taoísmo el plano ideal y referencial perfecto del mundo real imperfecto. Sería en tal caso el taoísmo una suerte de panteísmo idealista.

De los varios libros taoístas que se conservan el más importante es sin duda el mencionado Tao Te Ching que comienza diciendo, más o menos, que el Tao no puede expresarse. Y lo que se defina como tal no es el Tao ¡Pues estamos bien!

Lo que yo interpreto es que el Tao, como el sabor de las gambas, por ejemplo, no se puede expresar. Evidentemente ya te pueden decir lo que te digan de cómo saben las gambas, que como no las hayas comido nunca todo esfuerzo explicativo es inútil. Ergo, parafraseando al Tao Te Ching, "el sabor de las gambas no se puede explicar. Y lo que te expliquen al respecto no es el sabor de las gambas".

Lo que creo es que el Tao Te Ching comienza con un discurso semántico acerca de lo tratado en el libro.

Tengo varios Tao Te Ching de distintos traductores ¡y no dicen exactamente lo mismo! Entonces ¿cuál es el verdadero? ¡Todos y ninguno! Porque además los diversos lectores entenderán cosas distintas aunque lean el mismo libro de un mismo traductor. Y uno mismo entiende cosas distintas en distintas lecturas de un mismo libro.

Eso quiere decir que la verdad univoca es un camelo. Y que a lo más que se puede aspirar es a una verdad equívoca ¡Eso o nada!

Para ser verdadero taoísta no es necesario acudir a templos taoístas, ni seguir las reglas marcadas por sus sacerdotes, que lo hay y tienen un rodete en lo más alto de la cabeza, porque en otra parte del Tao Te Ching dice que basta con que una religión o un credo se sistematice, se normalice mediante liturgias y jerarquías sacerdotales para que se desvirtúe. Ergo para ser taoísta verdadero, paradójicamente, no se tiene que pertenecer a la religión taoísta. Ni, desde luego, creer ni decir que se es taoísta.

¿Qué es entonces lo propio del taoísmo? 

Actuar siempre en conformidad con la naturaleza de las cosas, llevar el agua al propio molino sin quebrantar la tendencia natural del agua ni la del molino. Y cuando no hay que actuar, abstenerse de hacerlo, como se dice en otro sitio del Tao Te Ching:  generalmente se actúa adecuadamente cuando es necesario actuar, pero solo el hombre sabio cuando no hay que actuar no actúa.

Para el taoísmo casi todo carece de importancia, y no hay que sufrir por nada, ni por padres, ni por hijos, ni por cónyuges que se mueran, lo cual me parece una cabronada. Y sospecho que en el fondo es una doctrina egoísta que persigue la supervivencia como principal objetivo.

Para mí, salvo esos rasgos de indolente egoísmo, me parece la mejor doctrina que conozco. Por eso, cuando estuve en China, en la ciudad de Xi'an, en un templo taoísta que hay allí, escribí en un papel un saludo a Lao Tse  que luego eché a las brasas de gran incensario que tienen allí, como en todos los templos.

Aquello fue un pegotillo que me tiré, porque de sobra sabía yo que no le iba a llegar mi mensaje al mítico maestro, que, por otra parte, parece que nunca existió,


Entonces ¿quién escribió el libro? Pues no se sabe si fue uno solo o fueron varios, como creen algunos eruditos. Si lo escribieron de un tirón o a lo largo de siglos. Pero el libro existe, es de los más editados de la literatura universal, barato, delgadito, se lee enseguida ¡y es chulísimo!

2 comentarios:

Ana dijo...

Pero chulísimo!!
Es que cómo dices lo de no sufrir por nada es muy chungo, pero el tomar como principio el no sufrir está muy
bien!
Lo tengo que releer. ;)

saltes dijo...

Está fenomenal el Taoismo. En otro libro, el Zuang Tse dice: ¿En qué se distingue un hombre sabio de uno corriente?
Contesta:
"En nada"
¡Ojo! q no dice q no los haya cojonudos. Dice q no se distinguen por la pinta q tienen.
Y aquí no se para de sufrir el penoso espectáculo de ver capullos dándosela de guáis del Paraguay.