Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Terapia escatológica.


TRANSPLANTE DE MIERDA.

Leí en El País Semanal, del 24 del 11 del 13, el artículo Martín Caparrós "Contra corriente" que me pareció fantástico. Os recomiendo que lo busquéis y lo leáis. Por si no lo encontráis aquí os cuento el meollo, aunque no literalmente, sino a mí modo.

Resulta que entre la rica flora bacteriana que nos habita existe una especie, el costridiun difficile que produce unas diarreas mortales. En circunstancias normales a esta población bacteriana tan nociva la mantienen dentro de unos límites, saludables para su huésped, otros elementos de la población bacteriana. Pero se da la circunstancia que es extremadamente resistente a los antibióticos.

Y ya tenemos el cuadro completo. Porque cuando se reciben antibióticos a mansalva para combatir enfermedades, adecuada o inadecuadamente, la diñan no solo las bacterias causante de la enfermedad que se quiere combatir. Sino también la flora intestinal que nos habita, salvo el costridiun difficile que campa por sus respetos sin ninguna de nuestras bacterias amigas las ponga a raya. Y el maldito costridiun difficile nos ataca a muerte. La situación se agrava porque no solo recibimos antibióticos en medicinas sino, indiscriminadamente, en alimentos que han sido tratados con ellos para desinfectarlos.

¿Cuál es la solución entonces? 

Pues el implante o trasplante de bacterias saludables de un donante sano.

Y ¿donde viven esas bacterias salvadoras? 

Pues dentro del intestino del individuo sano. Concretamente dentro de la mierda que circula por sus tripas.

Con lo que el tratamiento óptimo consiste en implantar unos 50 gramos de mierda sana en el intestino enfermo para que se restablezca la benéfica población bacteriana ¡Y da unos resultados excelentes! Curaciones de más del 90 %, frente al escaso 30% logrado con antibióticos.

¡Es que somos muy finos! Demasiado finos y no queremos saber nada de excrementos sucios y malolientes. Y ni siquiera nos planteamos ¿qué es la mierda? 

Pues no es más que la masa húmeda triturada y atacada por ácidos gástricos y sometida al proceso digestivo. Que finalmente es expulsada por el ano para ser incorporada al ciclo biológico, como abono, por los vegetales.

El color de la mierda no está mal. Pertenece a la llamada "gama de las tierras" que comprende el ocre, las tierras de Siena natural y tostada,  la tierra de Sevilla, el rojo inglés, o el veneciano, o el indio, la sanguina, la sepia, la tierra de Pozzuoli, la sombra natural, la sombra tostada y algunos más. Con esta gama mierdera se han pintado cuadros bellísimo, sobre todo de la escuela española. El Prado está hasta los topes de ellos.

Lo malo es el olor espantoso y horrible que desprende.

Bien mirado, la mierda no huele. Olemos nosotros. La mierda está impregnada de gases como el metano que producen las arqueas. Que son parecidas a bacterias, aunque no exactamente. Tan no exactamente como que la clasificación vigente de los seres vivos los divide en TRES DOMINIOS no en REINOS, que de haberlos serían "provincias" de esos dominios. Uno de esos dominios es el de las arqueas, otro el de las bacterias y otro el de todo lo demás: otros microbios, animales, plantas y hongos.

Digo que la mierda no huele, y mucho menos huele mal. Olemos nosotros y nos parece mal ese olor porque nos avisa del peligro de infecciones. También lo huelen las moscas y les debe parecer que huele bien, ya que es un aroma que avisa de fuentes de alimentos.

¡Todo es tan relativo! Si ya lo dice desde muy antiguo esa memoria popular que es el refranero: "Mierda que no ahoga engorda".


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