Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

viernes, 15 de noviembre de 2013

EUE.


ESTADOS UNIDOS DE ESPAÑA.

España nunca ha sido una, de una sola pieza, salvo para Franco y sus secuaces. Es y ha sido siempre múltiple, compuesta de muchas piezas distintas. Las Españas se dice a veces. Ahora está más mermada que cuando se extendía por todo el mundo, pero sigue siendo múltiple. Y el empeñarse en esa falsedad de la unidad monolítica no hace más que empeorar las cosas.

Las Españas han sido tradicionalmente estados confederados, con sus virreyes, hasta que la Regente, de Isabel II, María Cristina (la de María Cristina me quiere gobernar. Y yo le sigo, le sigo la corriente. Porque no quiero que diga la gente. Que María Cristina me quiere gobernar) encargo al malagueño Javier de Burgos que trazara un plan centralista de España, en contra de la tradición y de la inercia histórica. Con Franco se agudizó la situación ya que las regiones carecían totalmente de funcionalidad política y las provincias dependían, digamos que individualmente, del gobierno central.

Pero que esa estructura confederal subsiste y ha subsistido siempre es evidente. Incluso en la dictadura franquista, ya que Navarra y Álava mantuvieron sus privilegios.  Y de hecho nuestro país tiene hoy en día un punto confederal porque Navarra y Euskadi son estados casi confederados con el resto de España. Y  en Cataluña se apunta en esa misma dirección.

En los países confederales los estados están "muy sueltos", caso clarísimo es la Unión Europea. Y eso tiene dificultades, como es obvio. Más cohesionados están los países federales. Ejemplo claro es el de los Estados Unidos. Donde en profundidad tienen una unidad que afecta a algunas cuestiones esenciales y más superficialmente son bastante independientes.

Si nos atenemos a los hechos, y pasamos de nombres, que no hacen más que enturbiar las cosas, hoy por hoy España es un estado federal. La España de las Autonomías es un estado federal ¡pero imperfecto!

La solución está en perfeccionarlo y para eso habrá que tocar la Constitución. Lo primero de todo tendría que ser tomar conciencia de esta realidad. Y no hablar de Comunidades Autónomas, sino de Estados, con lo que algunas sensibilidades irritadas hoy dejarían de estarlo.

Para dejar las cosas claras, habría que hablar de Estados Unidos de España, como están los Estados Unidos de México y los Estados Unidos de Venezuela. Y luego se sincopa diciendo, como se dice,  México o Venezuela.

Se disiparía esa confusión tan dañina de llamar gobierno central a lo que verdaderamente es un gobierno federal. Nuestro régimen no es centralista, ergo no tiene gobierno central. Es federal, pero al no existir ese término en nuestro código nacional se produce el lío. Y no es solo una cuestión meramente nominal, porque, por ejemplo, el actual Presidente del Gobierno actúa, so pretexto de encarar la crisis, de un modo claramente centralista.

El sistema federal nos viene como anillo al dedo, porque está pensado para que estados distintos, con costumbres, fisonomía, y hasta con lenguas distintas puedan cohesionarse de modo que exista igualdad en el fondo y desigualdad en las formas, excluyendo agravios y privilegios, como dicen los socialistas.

En los estados federales cada uno de ellos tiene sus  competencias, tan distintas como que en unos estados de USA está vigente la pena de muerte y en otros no. La justicia y la policía de un estado no tiene competencia en otro. Y la justicia y la policía federal la tiene en todos, pero solo para asuntos federales. El gobierno federal tiene competencias generales a todo el país. Los gobiernos de los diferentes estados no calcan las competencias federales ni viceversa.

Nuestro cojitranco Estado de las Autonomías deja muchos cabos sueltos y no se atreve a encarar un asunto fundamental, las competencias del Senado. Que es de natural la cámara territorial, y por temer abrir la caja de pandora está ahí malviviendo como una cámara inútil.

Y ¿qué pasa con la Corona? Pues no pasa nada, es perfectamente compatible con ese federalismo, como fue el emblema común a las diversas Españas Confederadas.  O sea que no es necesario abrir ese melón para este asunto.

Parece una chaladura lo que estoy diciendo, pero si se piensa detenidamente se ve que no se trata más que de llamar a las cosas por su nombre y dejar de templar gaitas, evitando confusiones que nos están llevando a situaciones verdaderamente dramáticas ¡Pero si es que hay un montón de países que son federales y no les pasa nada por eso!

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