Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

domingo, 14 de abril de 2013

La bella durmiente.


EL DÍA DE LA REPÚBLICA.

Hoy es el DÍA DE LA REPÚBLICA.

¡FELICIDADES!

Pero hoy, como todos los días desde que terminó la Guerra Civil en España, lo que se vive no es propiamente un régimen monárquico, sino un régimen antirrepublicano. Que trasciende la vida de las personas.

Si ya lo dijo mi amigo Adriano (http://salterio.blogspot.com.es/2011/05/el-dificil-camino-la-libertad.html.) Ante el agotamiento natural de la vida del dictador ¿qué se puede hacer? (para evitar la república, pienso yo). Una monarquía. Se presentaban dos opciones: al estilo europeo o al estilo marroquí. Optaron por el modelo europeo, pero para mí que les salió el marroquí.

Porque los monarcas europeos reinan pero no gobiernan. Mientras que el español, que tampoco gobierna propiamente, es el jefe del ejercito. Pero no en sentido figurado, sino en sentido literal y efectivo. Y eso tira más a marroquí que a europeo ¿o no?

El caso es que cuando se le agotaba la cronología al dictador, guardián antirrepublicano, se sucedió el rey para guardar el anti republicanismo. Y a este le sucederá su hijo con el mismo fin.

Y yo me pregunto ¿hasta cuándo vamos a seguir con esos prejuicios, con esos miedos y con esa humillación?

Esto es un arcaísmo, una antigualla. Tendría sentido si el poder político fuera una emanación divina. Pero ¡a buenas horas!

Hoy por hoy lo que se piensa es que los ciudadanos de un país se autogobiernan, y se elige  a uno, por un plazo limitado, para personalizar en un solo individuo a todos los demás. Una vez oí decir que en alguna ciudad estado de la antigua Grecia el jefe del estado se elegía cada día y lo era por un día, de modo que casi todo el mundo había tenido ocasión de ser el jefe del estado, que por supuesto no gobernaba.

No sé si la historia es verdadera o no. Pero lo que es un hecho es que en mucho de los países de nuestro entorno se elige a un jefe de estado, presidente de república, no por uno, sino por 1.361 días, es decir 4 años, que a veces gobierna y a veces no.

Que aquí se le haya convenido encomendar una familia  que uno de sus miembros sea el jefe del estado no deja de ser, en el mejor de los casos, una extravagancia.

El caso es que se "convino" tal cosa tragándose más de uno ¡un sapo de cojones!

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