Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

sábado, 26 de enero de 2008

Acerca del tiempo, que nos arrastra.

En Sábado, día de Saturno, versión romana de la deidad griega Cronos, este post que se ocupa de cronologías.

Precedido de este dibujo del Salterio que parece macabro, pero que no es así, sino que expresa más bien el resentimiento con la Naturaleza que ha otorgado al Reino Vegetal la gracia de la supervivencia y de la descendecia por esquejes y a nosotros no. Mientras que se ha mostrado generosa con la estirpe animal más próxima a la nuestra, los Equinodermos. Es sabido que si se corta en pedazos una estrella de mar, cada uno de ellos reconstruye una estrella completa.

Aunque a lo mejor es que nos quedemos como estamos, porque si al cortarnos las uñas generamos una descerdencia de veinte individuos cada vez. O de cientos cuando vamos a la peluquería...

Está dedicado este post a Ana y a Rafol, que vuelven hoy de la nieve.



LOS ANÓNIMOS HIJOS DE CRONOS.


En la misma relación en que está la muerte respecto a los muertos, está el tiempo respecto a sus afectados.

Pero así como a los afectados por la muerte se les llama muertos, no hay un nombre para designar a los afectados por el tiempo.

Luego para referirme a ellos los tengo que bautizar, aunque solo sea provisionalmente. Los voy a llamar HIDECRÓNOS (hijos de Cronos) porque como tales son generados y destruidos por él. De todos modos este palabro no es una palabra propiamente porque carece de universalidad, tan sólo se entiende en el estrechísimo ámbito que este post.

La muerte -propiamente- no existe, existen los muertos. Lo que ocurre que a la vista de estos se ha pensado en una causa general e imaginaria a la que se ha llamado muerte. Es un concepto que no tiene correspondencia real, porque todo el mundo no se muere por lo mismo. Tan sólo es real en cuanto que es un concepto, una palabra. Pero que no describe nada real, sino algo imaginario.

Se ha dicho, en el plano conceptual, que sólo existe lo que tiene nombre, y lo que no lo tiene no existe. Por lo que la muerte, que tiene nombre, no tiene existencia real, existe conceptualmente. Mientras que los HIDECRÓNOS que existen realmente, no existen conceptualmente al no tener nombre reconocido.

Pero como cuando se habla, se escribe, se escucha y se lee ¡y hasta cuando se piensa! se emplean conceptos ¡y solo conceptos! lo existencial se limita a lo conceptual. De modo que en esta esfera conceptual ¡y en el plano mental! existe la muerte, aunque en la realidad no exista, y no existen los HIDECRÓNOS aunque existan en la realidad.

Luego el tiempo y su modo de ser es algo inventado ¿está bien inventado? Bueno, no está mal, pero creo que se puede mejorar.

La muerte no está muerta, ni tampoco viva. Están muertos los muertos.

Por esa regla de tres, el tiempo no está sometido a sus propios rigores, tan sólo somete a ellos a los diversos HIDECRÓNOS, pero no a sí mismo. Los diversos HIDECRÓNOS pasan, se transforman, se consumen, pero el tiempo no pasa, ni se transforma, ni se consume. Un reloj, o una vela, o el curso del sol no son el tiempo, son HIDECRÓNOS.

Luego representar el tiempo por relojes, velas o cursos solares no son buenas representaciones. En todo caso como señor y dueño de todas esas cosas. Pero mejor representación, me parece, es una olla hirviendo, en la que aparecen y desaparecen los diversos HIDECRÓNOS que evolucionan, circulan, se pochan, se transforman y se consumen.

A la olla no le pasa nada de esto, la olla está tan pancha. El tiempo se da en ella. Pero ella, aún siendo tiempo, está fuera del tiempo y de sus contingencias.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Jo, Saltés! Siempre es un honor que me dediques una entrada.... Incluso ésta, que es un poco macabra... :-) Has dejado a tus seguidoes sin palabras...
Pero bueno, pensándolo bien no debería ser tan macabro... Hablas de Cronos y de nosotos, sus hijos, a quien nos destruye en un momento dado, como la imagen de Saturno comiendose a sus hijos, que pones al final... Parece que lo único que cuenta es el agobio de la muerte acechando, cuando realmente es una suerte que nuestro padre Cronos nos haya dado la posibilidad de disfrutar de todo este tiempo!!!

Saltes dijo...

Un poquillo gore si que ha salido este post.

En realidad lo de la muerte es lo de menos. El tema son las paradojas. Cómo lo que existe si no tiena nombre es como si no existiera. Y, por el contrario, se toma como existente lo que teniendo nombre realmente no existe.

Y cómo por el tiempo no pasa el tiempo ¡Metafísica monda y lironda!

Ahora, para macabro Goya, aunque Rubens es muchísimo peor.

Anónimo dijo...

Luego, si lo que no tiene nombre no existe, la mejor forma de hacer existir es nombrar.
Por eso es importante el poeta, porque da nombre, a cosas que sentimos y no sabemos expresar, de modo que las hace reales.
Y por eso también lo de ... si se calla el cantor, calla la vida...

Saltes dijo...

Anaís ¡una vez más das en el clavo!Haidegger dice en su "Arte y poesía" que los poetas no es que describan la realidad ¡la instauran!

De ahí que los artistas no se equivoquen nunca. Pueden instaurar horrores, pero nunca errores. Pero este último párrafo es de mi cosecha, no vayamos a echarle la culpa al tudesco...